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El CET y la City League.

City League Tarragona: De la gloria a la pausa forzosa

Si alguna vez ha existido una competición que ha desafiado las leyes de la supervivencia, esa es la City League Tarragona. Nacida en octubre de 1986, y más tarde, en 2013, bajo un acuerdo con el Consell Esportiu del Tarragonès, la liga arrancó coronando a Transportes Toro como el primer campeón de esta segunda fase de su historia. Y cómo no, entre los nombres ilustres de la competición, Berni Álvarez Merino se erigió como el rey de los triples, mientras que Iván Guerrero Ortega, fiel a su trayectoria desde el primer día, dominaba los tiros de dos.

Pero no todo fue una historia de triunfos y aciertos desde la línea de tres. La liga, que en sus mejores momentos fue un punto de encuentro para los amantes del baloncesto local, empezó a mostrar síntomas de fatiga. La temporada 2018 fue especialmente dramática: solo nueve equipos valientes se inscribieron, convirtiendo el torneo en una especie de club privado, donde casi se podía jugar un tres contra tres sin problemas.

Y cuando parecía que la City League podía resistir cualquier adversidad, llegó el COVID-19. La temporada 2020 fue la de la gran pausa, la de las precauciones, las instrucciones y los requisitos sanitarios. La liga quedó congelada, como si alguien hubiera presionado el botón de pausa en una partida de videojuego.

Pero si algo define la historia de la City League, es que fue impulsada por personas, no por instituciones. Ulises Vega Barrios y Francesc Piñol, dos de los promotores iniciales, tuvieron que dejar la organización por motivos personales, y poco después, el presidente a perpetuidad también tuvo que abandonar la competición, justo cuando el Consell Esportiu del Tarragonès asumió la gestión.

Y aquí viene la gran lección: dos apasionados pueden hacer más que una organización con todos los recursos. La City League fue un sueño hecho realidad gracias a la dedicación de un grupo reducido de personas, y cuando ese sueño pasó a manos de una estructura más grande, simplemente se desvaneció en el aire.

Ahora, la gran pregunta es: ¿volverá la City League a recuperar su esplendor? ¿O quedará como una leyenda urbana, una de esas historias que se cuentan en los pabellones mientras se recuerdan los tiempos gloriosos de Berni Álvarez e Iván Guerrero?

Sea como sea, si algo ha demostrado esta competición es que, a pesar de las dificultades, el baloncesto en Tarragona siempre encuentra la manera de sobrevivir. Y quién sabe, quizá algún día veamos una nueva edición con más de nueve inscritos. ¡Soñar es gratis|



 
 
 

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